Cuando se habla del pasado industrial de Lautaro, no se pude dejar de citar la fábrica de hilados y tejidos Faesch. La industria que levantó el suizo chileno francisco Faesch Brunner, llenaba de orgullo a la ciudad. Media manzana casi en pleno centro, ocupaban sus instalaciones de producción, bodegas, caldera, tintorería empaque, sala de venta y administración. Una alta chimenea que tenía adosada a su estructura la palabra Faesch en grandes letras en sentido vertical se advertía de lejos, y al viajero de los trenes de pasajeros les indicaba la potencia industrial de lautaro.
Francisco Faesch Brunner nació a fines del siglo, en 1895; sus padres fueron Francisco Faesch Hussy, y Bárbara Brunner Kehriy; dos inmigrantes suizos de Basilea que se instalaron con una tienda, de telas y tejidos hacia 1895 en la media cuadra de la calle “del puente” (ahora los carrera) entre calle de las artes (hoy Manuel Rodríguez) y “calle de los rieles” (hoy Mac Iver).
La tienda ” géneros suizos casa importadora” una vez que Francisco Faesch remplazó a su padre en la marcha del negocio, inició en 1927 una importante transformación en la empresa. Se adquirieron máquinas tejedoras alemanas Rich Harmann, y empezó la confección de ropa de lana para damas y hombres, también bufandas. La producción fue en aumento y cada año la demanda se superaba.
La fábrica debía ampliarse; se adquirió un predio colindante hacia la calle ferrocarril en la que había funcionado un garage. En 1939 Faesch asociado con Otto Schalchi y Eduardo Angelbeck inaugura la ampliación de sus instalaciones, la cual estuvo a cargo del constructor Víctor Carrasco. A las actuales instalaciones se le agrega, lavandería de lana, secado, tintorería, cardado, hilado de la lana, enmadejado, etiquetado etc. El auge de la industria la convirtió en la más importante planta textil del sur de chile.
La fábrica se mantuvo en los siguientes años luchando con la competencia de la lana. Empezó a entrar la fibra y las grandes cadenas de vestuario en serie invadieron el país y hasta los pueblos más pequeños. Antes había sucedido con el curtido del cuero ahora la embestida se daba contra las textiles de lana.
La firma resistió lo que pudo y a mediados de la década del 60 cerró sus puertas para siempre.
Su condición de esquina, enfrenta el edificio hacia dos calles, por un lado, el borde línea férrea, ubicación estratégica que permitía, sacar los productos con facilidad. Para la época el ferrocarril era el principal medio de transporte. Su fachada principal se enfrenta hacia calle carrera una de las más céntricas y transitadas de la ciudad, con construcciones de baja y media altura en sus bordes. Su emplazamiento toma todo el límite de la línea oficial dándole jerarquía y presencia sobre su entorno.
El edificio recorre casi la totalidad de la manzana envolviéndola de esquina a esquina, en forma de l, condición que se enfatiza con el tratamiento neoclásico de la fachada. Sus columnas, definen un ritmo de repeticiones hacia la calle, dándole perspectiva y sentido horizontal al volumen. Ritmo y tensión se interrumpen, cuando aparece la casa patronal que toma doble altura hacia la calle y resalta su ornamentación neoclásica con balcones cornisas y las columnas que toman los dos pisos en la fachada de la casa. Una de sus principales características radica en la coronación de sus columnas, ornamentadas con copihues (flor nacional), impresos en el estuco, lo que le da singularidad al edificio. Se puede hablar aquí, de una adaptación del neoclásico europeo, que se trata contextualizar hacia las tradiciones locales. Tras la fachada de albañilería trabada y estucada de 50 cm. De espesor, en el sector más alto, aparece una edificación en madera que alberga la vivienda. Esta se caracteriza por la presencia, de torreones y bow window, que realzan su composición volumétrica.
El sector de la industria se caracteriza por la presencia de grandes espacios de planta rectangular iluminados cenitalmente, pero su mayor riqueza espacial radica en el interior de la vivienda. Se accede a esta por un pasillo central que relaciona la calle con el patio, el cual remata en un espacio mayor repartidor que alberga la escalera principal comunicando los dos niveles de la casa, este espacio se articula con otro corredor perpendicular al primero que distribuye los dormitorios y sala de estar, repitiendo el mismo esquema en el segundo nivel de la vivienda.
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